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Mostrando las entradas de diciembre, 2010

Lugares hermosos y accesibles para disfrutar de unas vacaciones en Argentina

Errores. Aciertos.

A veces, aquello que parece una certeza no es más que una falsedad que el corazón construye para protegerse de la soledad. En otras, la mentira es la excusa que obvia las verdades en la ignorancia de equivocarse a uno mismo. En esa duda es que se desmorona la torre sin sentido y se le da espacios a la maldita razón. Que racionaliza y no siente, aunque ve con ojos ciertos. El error. El acierto. Son solo las dos salidas posibles, pero que dan una solución concreta. Hay una decisión, un movimiento que –al fin y al cabo- te conduce a una inexorable verdad. FOTOGRAFIA http://www.google.com.ar/imgres?imgurl=http://giseleteixeira.files.wordpress.com/2009/08/rayuela2.jpg&imgrefurl=http://faby-uy.lacoctelera.net/&usg=__e7CO_zyvIHTYHlekha8vbnx7IOc=&h=442&w=639&sz=124&hl=es&start=10&zoom=1&tbnid=ij2QGY5YpBwxYM:&tbnh=109&tbnw=133&prev=/images%3Fq%3Derror%2By%2Bacierto%26um%3D1%26hl%3Des%26client%3Dfirefox-a%26sa%3DN%26rlz%3D1

"Causa y sinrazón de los celos" de Roberto Arlt

Hay buenos muchachitos, con metejones de primera agua, que le amargan la vida a sus respectivas novias promoviendo tempestades de celos, que son realmente tormentas en vasos de agua, con lluvias de lágrimas y truenos de recriminaciones. Generalmente las mujeres son menos celosas que los hombres. Y si son inteligentes, aun cuando sean celosas, se cuidan muy bien de descubrir tal sentimiento, porque saben que la exposición de semejante debilidad las entrega atadas de pies y manos al fulano que les sorbió el seso. De cualquier manera; el sentimiento de los celos es digno de estudio, no por los disgustos que provoca, sino por lo que revela en cuanto a psicología individual. Puede establecerse esta regla: Cuanto menos mujeres ha tratado un individuo, más celoso es. La novedad del sentimiento amoroso conturba, casi asusta, y trastorna la vida de un individuo poco acostumbrado a tales descargas y cargas de emoción. La mujer llega a constituir para este sujeto un fenómeno divino, exclusiv

El Ojo

Explicación social de por qué el Vino y el Fernet no se mezclan

Doña Cebada es una mujer atractiva. Puede ser suave y fuerte. Rubia, negra y colorada. Es muy dúctil, muy flexible. Y es esa la máxima cualidad de su belleza. Una noche, sale a pasear con Don Borgoña. Oscuro y redondo, pero fuerte y simpático. Las risas no se hacen esperar y la calma hace que el encuentro se vista de fiesta. Otra noche, Cebada (que es dúctil) decide que su cita será Don Fernando. Negro, espumoso, carismático, refinado y compañero. La mezcla de espumas es como un burbujeante Chandón, por lo que no tardan en subirse a la cabeza. Ella ha estado en dos lugares distintos y ellos no lo saben. Provo la diversidad misma de la que está compuesta. Otra noche, con ganas de salir, lo hace otra vez con Don Borgoña…sale con él, para descubrir que- en ese mismo lugar- se encuentra Don Fernando. Espumas contra ligereza, egos fuertes confrontados. La noche es un desastre. Borgoña y Fernando mezclados son una nube de confusión que sabe a una trompada en la nuca. Ella rec